Esta emisión fue planificada en 1938 por el Gobierno de la II República en plena Guerra Civil y emitida por el Banco de España en Barcelona. Como en series anteriores, la fabricación estuvo a cargo de una empresa londinense, Thomas de la Rue and C.º Ltd., que disponía de los mejores sistemas de seguridad y una gran experiencia en métodos de estampación para evitar falsificaciones. Cortadas las comunicaciones con Valencia, sede del Gobierno, los billetes fueron enviados a París y de allí, por tierra, a Barcelona, adonde llegaron en junio de ese mismo año. La caída de la ciudad en enero de 1939 impidió su habilitación por el Cajero (falta la estampilla con su firma) y, por tanto, la puesta en circulación de la emisión, que finalmente fue destruida. De ahí la importancia de este ejemplar, uno de los pocos que aún se conservan.
El magnífico dibujo de la Dama de Elche muestra cómo esta escultura era ya un referente de la cultura española, pese a que en aquellas fechas aún se custodiaba en el Museo del Louvre de París.