El uso de la capa pluvial se remonta al siglo x. Se trata de una ornamentación que cubre al sacerdote durante la ceremonia; inicialmente se confeccionó en tela tosca y carente de adornos, después se hizo de seda y oro. Esta capa en seda, de factura novohispana, presenta buena parte de su bordado en “oro llano” y líneas onduladas con realce, imitando el tejido de moiré y las tornapuntas. El tejido de moiré se realiza con seda como base y se pasa entre dos rodillos que tienen grabado un diseño, algunas fibras quedan comprimidas y otras no generando un efecto brillante en la tela.