Cuenco que presenta un perfil dividido en dos por una marcada inflexión, tras la cual las paredes superiores se exvasan ligeramente, para terminar en un borde no diferenciado, mientras que las paredes inferiores muestran un perfil recto divergente. El solero es anular, alto y grueso, rasgo característico de los ataifores almohades. Ambas superficies aparecen vidriadas con un verde azulado metálico que no llega a cubrir la parte del pie. Estaba destinado al servicio de mesa.