A la derecha de la imagen, Ángel Fernández, quien “ […] gritaba como nadie. Después de romper el récord de duración de la palabra <<gol>>, hacía una pausa para que se oyera <<la voz del azteca>>. Dueño de un timbre poderoso, convertía el juego más aburrido en epopeya: <<!se hunde la nave…, niños y mujeres primero!>>” Juan Villoro, “Dios es redondo”.