La obra representa un dios padre “súper partes “cuyo ojo atento siempre nos vigila, cuyos designios y geometrías son ocultas al entendimiento humano. La estrella de belén es alegoría de las cuatros virtudes fundamentales que son: poder, amor, sabiduría y paz. La imagen también simboliza la estrella de David protectora del pueblo escogido, los judíos que llegan de forma consciente al monoteísmo a través de las revelaciones del mismo dios.
La artista propone una reflexión definitiva sobre cual son nuestros dioses, en que creemos, lo que buscamos con tanto afán, será lo importante o es solo el urgente, en sustancia, somos víctimas del espejismo de un mundo vacío o nos paraliza el miedo de enfrentarnos a una realidad superior que nos obliga a cuestionarnos?
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