La fiesta charra va más allá de los lienzos, es una forma de vida que integra a niñas y niños en las tradiciones, es un legado y herencia familiar. A los niños se les inicia en las faenas y destrezas de la vida diaria, la que pasa al jaripeo y después se inician en las competencias de acuerdo a la Federación Mexicana de Charrería. Las niñas las instruyen en la buena monta y en coreografías a caballo, actividad con la que cierran las charreadas.