Es habitual la aparición en los hallazgos monetarios de cronología califal, de monedas fragmentadas o partidas. Esta práctica tiene su origen en la ausencia de cualquier moneda fraccionaria o divisoria, lo que dificultaba las pequeñas transacciones habituales en la vida cotidiana. Para solventar este problema y al margen del Estado, se hizo habitual la fragmentación de monedas, que requería a su vez del uso de balanzas para ajustar los pagos.