Manos laboriosas han labrado las gallinitas con pasta de jamoncillo de leche recién hecho y las han decorado con alegres colores. Aquí, junto a picones, cocaditas, macarrones y los clásicos jamoncillos de piñón, almendra y leche quemada. Todo, una muestra de la deliciosa dulcería poblana como arte y como oficio.
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