Mil novecientos diez, año de la celebración del Centenario de la Independencia. El gobierno de Porfirio Díaz buscaba seguir los modelos de urbanización provenientes de Europa. Para la investigadora Judith de la Torre Rendón, el buen gusto y el lujo fueron elementos de esta campaña de modernidad cosmopolita que se impusieron desde 1890 y se consolidaron 10 años después.
Desde 1887 se establecieron las primeras multas y penalidades para quienes utilizaran calzones de manta en lugar de pantalones. En las garitas de entrada a la Ciudad de México, los oficiales tenían instrucciones de impedir la entrada a las celebraciones a quienes no siguieran el código de vestir impuesto por el gobierno porfiriano.
El programa general para las Fiestas del Centenario incluyó un espectro amplísimo de actividades e inauguración de obras públicas. La élite porfirista fue participante distinguida de los eventos y también anfitrión para alojar a los huéspedes extranjeros.