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La Emperatriz

Rafael Fuentes Aguilar y Jaina Pereyra Muñoz

Casa ESRU El Carmen

Casa ESRU El Carmen
Heroica Puebla de Zaragoza, México

Don Andrés (o Andreas o Andrew, según con quién hablara) era de esos empresarios que habían llegado a Puebla por la promesa de prosperidad de la época... Y le fue cumplida.
Era un hombre rico y —combinación poco común— de formas dulces. Nunca llegó borracho. Nunca amagó a ninguna sirvienta para que se le entregara, como se rumoraba hacían los patrones en otras haciendas. Nunca nos golpeó. Siempre nos pagó a tiempo. Cada cierto tiempo llevaba al médico de la ciudad para que nos revisara a todos los niños de la hacienda. Y a mí, el día de mi cumpleaños, me traía un chocolate “para que —decía— mi piel siguiera siendo de ese hermoso color”. Muchos años creí que por eso yo era más moreno que mis hermanos.
Él venía una vez por semana a supervisar los avances. Llegaba como a las nueve, después de misa en la Catedral, a donde iba cada domingo, a pesar de ser protestante. Salvo esa salida, pasaba el fin de semana en la obra, diseñando el espacio para su “muñeca de porcelana”.
Dos años después del día en que pusimos la primera piedra, por fin llegaron doña Catalina y los niños. Don Andrés estaba emocionado y muy nervioso. Lo supe porque, al recibir sus maletas, sentí sus manos empapadas y estábamos en pleno diciembre. Había ido por ellos hasta el puerto de Veracruz.
Me acuerdo de la primera vez que la vi. Era tan perfecta como él nos había contado. Como una virgen: ojos del color del cielo en primavera, piel como el arroz con leche y el cabello dorado, como los candelabros que poníamos en la casa cuando venía a cenar el gobernador.
Era exactamente igual a la imagen que estaba en el cuadro encima de la chimenea, que yo siempre había pensado que era el retrato de una princesa. Era una muñeca de forma y de formas. Montaba caballo como si estuviera volando. Bailaba como si estuviera pintando el piso. Nunca la vi regañar a ninguno de sus hijos, que eran criados exclusivamente por nanas.
Era como si viviera en una burbuja, como si estuviera soñando todo el tiempo. Los ojos siempre clavados en el horizonte o metidos en los dibujos que hacía (y que nunca vi).
De niño pensaba que, como era una diosa, no podía hablar con nadie. Más grande comprendí que había perdido la razón. Que no entendía en dónde estaba, ni por qué.
“Piensa que sigue viviendo en Austria”, me dijo un día Carmela, la muchacha que la vestía. “Me habla en alemán y llora porque no la entiendo”.
Todos nos acostumbramos a ese fantasma que don Andrés no podía dejar de amar. Cada 18 de septiembre celebrábamos su cumpleaños. No venía ningún invitado, pero era la fiesta más importante del año.
Las cocineras hacían chiles en nogada. Los niños entonaban canciones en alemán (aunque a mí me sonaba a carro descompuesto). Ninguno de nosotros entendía qué cantaban, pero era evidente que todos lo hacían con mucho entusiasmo.
Todo se llenaba de flores, de adornos y de color. A mí me tocaba el lugar estelar: llevaba corona y cetro, y bailaba con la princesa. Don Andrés no podía hacerlo por la bala que cargaba en la rodilla desde la guerra. Así que me tocaba disfrazarme para mantener la ilusión de doña Catalina. Toda la fiesta era un baile de complicidades en donde cada quien era una pieza fundamental de la fantasía.
Ahora, que soy viejo, me asomo cada año —el 18 de septiembre— a las fotos que congelaron el teatro y me tomo una cerveza a la salud de don Andrés y de doña Catalina. Una cerveza y un chocolate, y lloro un poco por lo que dejó de ser sin nunca ser.

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  • Título: La Emperatriz
  • Creador: Rafael Fuentes Aguilar, Jaina Pereyra Muñoz
  • Lugar: Puebla, México
  • Lugar de creación: Puebla (México)
  • Dimensiones físicas: 1 3/4 x 2.5 in. / Vertical
  • Idioma original: Español
  • Origen: Colección Fundación Espinosa Rugarcía
  • Palabras clave del asunto: Retrato, Estudio fotográfico, Foto antigua
  • Tipo: Fotografía
  • Editor: Colección Fundación Espinosa Rugarcía
  • Derechos: Fundación Espinosa Rugarcía © Derechos reservados
  • Técnica artística: Acetato
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