Letter

CO-2335 Sosa, Jesualdo. [Carta] 1949 oct. 6, Montevidéu [para] Candido Portinari; Maria Portinari, [Rio de Janeiro, RJ]. [espanhol][datilografado] Muy queridos Portinari y María: Cándido: recién ayer recibí el catálogo de la Exposición del Mural TIRADENTES, que me anunciara a su regreso el buen amigo Fernández, y que, por haber sido enviado a la vieja dirección, no lo había recibido aun. Antes que nada te agradezco profundamente tan buen recuerdo y tantos buenos “acuerdos”, que nunca serán tantos como los que permanentemente tenemos a ustedes con los mejores amigos de aquí., que, igualmente, les recuerdan con alta e admirativa estima. Los Fernández, especialmente él, hombre inteligente, sutil y culto, vino muy emocionado con tu conocimiento y trato, tanto como impresionado por tu pintura que, si sabia por nosotros del espectáculo de gran arte que ella suponía, su presencia misma le superó nuestra adjetivación sincera. Yo anhelaba encontrarme con tu catálogo, y temía que se hubiera perdido, pero veo que nuestro correo, aunque tardo, sigue cumpliendo bien sus deberes, No se me ha perdido nada de lo que se ha enviado a la otra dirección. ¿Qué decirte de este inmenso cuán bello y desgarrante mural; esa lección viva en donde la historia y el arte, como en tu caso anterior de la misa, están tan consubstanciados, que es imposible empezar a definirles por separado? No sé que me estremeció más, si las formas que has logrado identificar con aquella barbarie indescriminable de los colonizadores brutales, cuya ausencia enriquecedora del color me pone en pie de angustia de conocerlas, o esos documentos desalmados que has explotado en su máximo rigor y que acoplas al final como el testigo número uno de tu plástica única y sobrehumana. Nos admira con María Carmen, como, sin perder esa osatura realista que debía llevar la expresión, para una comprensión y dignificación más al alcance de todos, en algunos problemas de difícil salvación, ejemplos los “cuartos” de Tiradentes, está conseguido el realismo mediante esos juegos de colores y formas tan superados de todo objetivismo primario, que ha hecho la dignidad poética de tu plástica entera. Hay momentos del mural, como esos de los grupos de “retirantes”, la figura de Tiradentes, etc., que solo soñamos ahora con verlos en su color y luz, por su composición y expresividad, en especial el primero, que nos resultarán del mismo embrujamiento que la misa, que no nos cansábamos de mirar y admirar… Portinari, no creemos que exista en la tierra un genio del trabajo más grande que tú. Porque esos más de cincuenta metros cuadrados de pintura, significan cuatro o cinco años de cualquier pintor de tela, en cuanto a labor práctica… por lo menos. Sabemos que el tiempo nos reserva de ti, todavía numerosas sorpresas, y sólo pedimos que conserves esa magnifica salud, ese optimismo y fuerza creadora que te caracterizan, para que puedas seguir traduciendo en tan certeras medidas la ecuación revolucionaria del conocimiento humano, depurado de simplezas y mojigaterías, en su misma esencia, como es. Por todo te agradecemos de corazón ancho y entero. Abraza a todo los tuyos en nuestro nombre, en especial a María y al “fenómeno” de Joancito, y tu recibe nuestras más profundas gracias y la promesa formal de ir a ver, brevemente, tu gigantesca sinfonía plástica. Jesualdo