Las tres naves de la Catedral eran una cierta “continuación” del espacio urbano de Santiago de Compostela y aún hoy en día forman una separación entre el norte y el sur de la ciudad. La nave central es el doble de ancha y de alta que las laterales y en el centro, el cimborrio reposa sobre trompas. En sus cuatro esquinas, ángeles trompeteros lo sostienen. Destaca la altura de todo el conjunto gracias a las tribunas que rodean todo el perímetro de la iglesia sobre las naves laterales. La gran lámpara a los pies de la nave mayor es alemana, de 1855.