En este retrato mitológico la naturaleza enmarca pasajes de tradición grecolatina que fueron cultivados por los artistas del Neoclasicismo. Alude a la historia de Príapo. Hijo de Dionisos y Afrodita, era el dios de la fertilidad y guardián de viñedos, jardines […] más tarde fue relacionado con la expresión de sensualidad y lascivia, apunta el investigador Alexander S. Murray. En el lienzo se narra un pasaje de los Fastos del poeta latino Publio Ovidio Nasón, en el que, luego de embriagarse en un banquete, la ninfa Lotus o Lotis quedó profundamente dormida. Príapo aprovechó la ocasión para intentar burlarla. Uno de los burros de Sileno alertó a los invitados y Lotis, alarmada, rechazó al dios y para protegerse fue transformada en flor de loto.
En la obra de la colección mexicana, la joven aparece con generosa anatomía envuelta en paños azules al tiempo que su pretendiente la asedia.