Esta joven de dieciséis años fue retratada antes de su ingreso al Convento de Corpus Christi, reservado sólo para mujeres de la nobleza indígena. Los rojos de esta pintura destacan por haber sido elaborados a partir de la transformación de la grana cochinilla en un pigmento laca que el artista mezcló con óleo, lo cual dio como resultado una serie de capas saturadas, traslúcida y de alto brillo.
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