Cabeza femenina con el rostro muy rodado, enmarcado. Parece inspirado en las afroditas del Museo de Boston, mezcla de concepción romana e inspiración helenística. El peinado es un recogido con un sencillo moño en la nuca y una cinta, a modo de diadema que orla su cabeza. El peinado en el mundo romano se convierte en evidencia material de los cambios sociales, económicos y estéticos. La sencillez de este peinado nos permite fechar la pieza en los primeros momentos del Imperio, durante la dinastía Julio-claudia, en el S. I. En estas primeras centurias predomina la sencillez, pero conforme se produce el intercambio cultural con las provincias anexionadas, muchas modas orientales llegan a las grandes capitales y a la urbe, complejizándose los peinados y generalizándose productos de lujo que empiezan a desplegarse entre las clases acomodadas: telas, joyas o tintes.