El culto a San Antonio de Padua se encontraba muy presente en la época virreinal en América, los devotos buscaban su ayuda y protección. El esquema compositivo más frecuente de este Doctor de la Iglesia lo representa cargando al Niño Jesús en brazos o apoyado además sobre un libro. Esta escultura de bulto de origen quiteño exhibe un tallado que marca los pliegues de la túnica del santo. Se aprecia además la suave torsión de su cuerpo y la flexión de una de sus rodillas. El Niño y el santo inclinan sus cabezas y cruzan la mirada.