Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861 – Aranjuez, 1931) concibió el Cau Ferrat como un templo dedicado a la belleza con el objetivo de alcanzar el ideal del Arte total.
El panel titulado La Música forma parte del conjunto de tres lunetas ojivales que presiden la testera del Gran Salón, junto a los dedicados a La Pintura y La Poesía. De marcado carácter simbólico y decorativo, e íntimamente ligados a la arquitectura que les hace de marco, representan un cambio de registro en su trayectoria artística, que evidencia una marcada influencia del movimiento simbolista francobelga y del viaje a Italia donde descubrió la pintura de los primitivos italianos.