Un paisaje de río con figuras

Jan van Goyen se formó en diferentes talleres de Haarlem, Países Bajos, con los maestros Coenraad van Schilperoort (1577-1635) e Isaac van Swanenburg (1537- 1624), y fue discípulo del célebre paisajista Esaisas van de Velde (1587-1630). Hijo de un zapatero de Leiden, desde muy joven tuvo la oportunidad de adentrarse en las vías pluviales holandesas. De aquella experiencia pudo realizar casi ochocientos bocetos de estas riberas.
Antes de 1627 trabajó sus pinturas con diversos tonos amarillos, cercano al estilo de su contemporáneo Salomon van Ruysdael (1600-1670). A partir de 1632 viajó por las cuencas francesas y alemanas, por lo que sus representaciones fueron ríos plácidos, canales y estuarios. Esto le dio la posibilidad de reflejar ambientes populares con diversas gamas cromáticas.
En esta pieza se observan pescadores y aldeanos en una taberna, cuya disposición sirvió como recurso espacial para dirigir la mirada hacia el canal y así tener mayor perspectiva. El uso audaz de las tonalidades y luces es particular de sus trabajos en los últimos seis años de su vida. A lo lejos se observa media torre apuntalada, quizás sea la iglesia de Grote Kerk en Harleem, una de las construcciones favoritas de Van Goyen. El azul en el cielo teñido de nubes refleja su interés por la atmósfera.
En 1651 también realizó una vista panorámica de La Haya para el Ayuntamiento de Ámsterdam y otra de Borgoña para la casa Honselersdjik. Durante este periodo, el artista introdujo toques relucientes en áreas específicas con tonos marrones. Ernst Hans Gombrich (1909-2001) se refiere al artista como el que transfigura los temas familiares y conduce nuestros ojos hasta la brumosa lejanía, de modo que nos parece hallarnos en una altura dominante mientras contemplamos un ámbito a la luz del atardecer.