Vista de la bahía de Nápoles

Vista de la bahía de Nápoles desde el golfo de Pozzuoli y el puerto de Baia.

El 2 de marzo de 1787, Johann Wolfgang von Goethe apuntó en su Viaje a Italia: No quiero gastar palabras describiendo la situación de la ciudad y todas sus maravillas, que tan a menudo han sido descritas y ensalzadas.Vedi Napoli e poi muori! [¡Ve Nápoles y después muere!], se suele decir aquí.
La provincia italiana se ubica a medio camino entre el Monte Vesubio y los Campos Flégreos. En la región de Campania, fue emblema de la Magna Grecia, así como escenario romano, normando, español y turco. El cruce de tradiciones aparece en estos óleos por los pinceles viajeros del Grand Tour. También meca de artistas e intelectuales atraídos por la historia, la arqueología, el clima y su gente, llegaban por mar y tierra a la ciudad que se levantó sobre la colina.
Napoli, o en griego la «Ciudad Nueva», se construyó a unos kilómetros de Parténope o Palépolis, la «Ciudad Vieja» y sitio donde yace la joven sirena Parténope tras morir ahogada de dolor por no haber logrado seducir al héroe Odiseo. Alejada de la magnificencia romana o el despliegue veneciano, la capital del sur se convirtió en referente de belleza y en epílogo del viaje iniciático.
Dos artistas contemporáneos vuelcan su mirada sobre la matria en un carácter descriptivo casi topográfico, al tiempo que decenas de embarcaciones pueblan la bahía napolitana. Testimonios de la actividad cotidiana. Saverio della Gatta en La costa de Amalfi da cuenta del sereno paisaje de acantilados. Por su parte, Juan Ruiz describe desde la ribera de Posillipo. Quizá el autor sea de origen español, aunque Jesús Urrea Fernández advierte que existe una anotación como napolitano en los inventarios reales españoles. Tal vez [sea] pariente de Tommaso Ruiz, […] en alguna ocasión se le ha confundido erróneamente con el pintor murciano Juan Ruiz Melgarejo.