Vinaria amphora

Ánfora vinaria de forma muy alargada, con dos asas de sección oval por debajo del borde, con labio exvasado. Presenta pasta color pardo-beige y cocción oxidante. Servía para transportar vino desde sus lugares de producción (la provincia Bética) hasta Roma. El transporte se realizaba por medio marítimo, en barcos. Se conoce la existencia de talleres de fabricación de estas ánforas en lugares próximos al río Baetis. La forma apuntada de la base de estas ánforas era para facilitar su estibaje en los barcos, que partían desde Colonia Patricia hasta Roma, aprovechando que el río Baetis era navegable hasta nuestra ciudad en esta época. Una vez en Roma, estas ánforas no realizaban el camino de vuelta, arrojándose en un lugar, hoy conocido como Monte Testaccio, en las afueras de Roma, donde se han localizado multitud de restos cerámicos procedentes de estas ánforas.
El estudio científico de estos elementos nos puede aportar información crucial para conocer cronologías, productos, flujos comerciales, en resumen, la economía de la Antigüedad. El transporte fluvial y marítimo fue el más competitivo y económico para grandes cantidades de productos, cuestión que favoreció la creación de múltiples contenedores para los productos más solicitados. Su forma permitía soportar los embates de una trayectoria cargada en ocasiones de problemas y ser dispuesta en las bodegas de forma segura. El vino y algunos subproductos del mismo (arrope, vinagre...) son, según algunos autores (Catón, Columela, Plinio o Varrón), reconocidos en todo el imperio fomentando una creciente cultura del vino. Muchas de las técnicas y procesos de elaboración de época romana pueden encontrarse en la producción actual.