Cristián III fue rey de Dinamarca y de Noruega entre 1534 y 1559. Fue el hijo mayor de Federico I y de Ana de Brandeburgo.
Educado en la confesión luterana, se confrontó con el clero católico de su país. Tuvo que lidiar, en una guerra civil, con sus enemigos políticos, que se oponían a la reforma protestante y pretendían colocar en el trono a su primo, el depuesto rey Cristián II. Victorioso, se convirtió en un monarca fuerte, confiscó las propiedades de la Iglesia y reactivó las finanzas del reino.