Arqueología y Paleontología en Gordailua

Del Paleolítico Medio (aproximadamente entre 130 000 y 36000 años) contamos
con más información y materiales. En esta época, como durante todo el
Paleolítico, las comunidades vivían de la caza y de la recolección.

También fabricaban útiles en piedra, madera, etc., como este bifaz, una herramienta de usos variados localizada en el nivel musteriense de la cueva de Lezetxiki.

La cueva de Amalda también fue ocupada durante el Paleolítico Medio. De ella procede esta pieza singular, llamada limaza o “limace”.

Tallada en sílex, esta herramienta se utilizaría para cortar, raer y raspar carne, cuero, madera, etc. Se le aplicaron sucesivos reavivados para reutilizar la pieza.

Hace unos 36000 años aproximadamente el Homo sapiens neanderthalensis se extinguió y apareció una nueva
especie en Europa: el Homo sapiens
sapiens o Crogmanon, nuestra especie. Estos seres humanos diversificaron su
utillaje y desarrollaron ampliamente las actividades relacionadas con el arte y
las creencias.

El Paleolítico Superior se ha dividido en varias etapas para estudiarlo mejor, y la punta que presentamos aquí, tipo “hoja de laurel”, procede del Solutrense (20000 – 17000 años). En esa época se consiguió un altísimo desarrollo técnico en la talla de sílex.

Hacia el final del Paleolítico Superior, hace 17000 – 1100 años, durante el Magdaleniense, el arte alcanzó su máxima expresión. En las paredes de las cuevas o en piezas muebles se pintaron o grabaron animales, signos e incluso figuras humanas, en ocasiones con gran realismo.

Aunque su función es desconocida, esta actividad estaría relacionada con el mundo de las creencias.

Esta plaqueta encontrada en la cueva de Ekain (Deba, Gipuzkoa) es una de las más importantes del arte mueble de Gipuzkoa. En una placa de arenisca están magníficamente representadas las partes delanteras de una cabra pirenaica...

En la misma época, durante el final del Calcolítico e inicio del Bronce Antiguo, se desarrolló en Europa el complejo cultural campaniforme. Poco se conoce sobre esta cultura o fenómeno, pero en los enterramientos, sobre todo en cistas, dejaron un ajuar muy especial.

De ese ajuar destacan los recipientes con forma acampanada que le han dado el nombre a la cultura, como este ejemplar casi completo del dolmen de Pagobakoitza. Estas vasijas tienen una decoración muy expresiva.

Aproximadamente con el cambio de Era, la
organización de nuestro territorio cambió radicalmente. La
Península Ibérica y gran parte de Europa quedaron bajo dominio romano; los
poblados fortificados construidos en la Edad del Hierro desaparecieron y la
población se reorganizó según los intereses de Roma. En esta época se localizan
asentamientos en la costa, como Oiasso, construidos según la organización y
técnicas romanas.

Para el comercio se utilizaba fundamentalmente el cabotaje, y testigos de ello son estos apliques de bronce encontrados bajo el mar. Representan a dioses romanos que nos informan de los cambios que hubo en las creencias. Seguramente eran parte de una caja de madera transportada en un barco que se hundió aproximadamente en el siglo II después del cambio de Era.

Y, para terminar, la Edad Moderna. En las villas los
Parientes Mayores fueron poco a poco perdiendo poder. Se gestaba una nueva
clase, ya que los comerciantes adquirieron cada vez más protagonismo. Y dejaron
su huella en el registro arqueológico, con nuevas modas, como esta escudilla
cerámica de los siglos XVI-XVII.  

Es de loza dorada, de tradición hispánica y árabe, y seguramente se fabricó en el taller mudejar de Muel (Zaragoza, Aragón). Presenta asas con forma de orejetas y decoración geométrica.

Pipas como esta pieza eran muy frecuentes en las villas. Este ejemplar es del siglo XVIII, pero en Europa se utilizan desde el siglo XVI hasta principios del XX. Están fabricadas con arcilla, más concretamente con caolín, a partir de un molde. En este caso tiene decoración vegetal.

Con estas muestras no se termina la lista de piezas de Gordailua, ya que se existen numerosos objetos de variadas materias y tipologías. Se conservan en las mejores condiciones, con el objetivo de fomentar la investigación y al mismo tiempo de guardar nuestro patrimonio para las generaciones venideras.