Ignacio Zuloaga y Zabaleta adquirió su formación artística copiando las obras maestras del Museo del Prado. El trabajo de Goya, el Greco y Velázquez definió la estética y desencadenó el florecimiento de uno de los mayores exponentes del paisajismo y pintura de retratos en España.
Imbuido por la ideología de la llamada Generación del 98 —grupo de escritores, ensayistas y poetas que compartían una visión intelectual de la crisis moral, política y social desatada en España a finales del siglo XIX— y atraído por la austeridad del paisaje y la personalidad reservada y modesta de sus habitantes, Zuloaga se mudó a Segovia donde trabajó de 1906 a 1913. Francisco y su mujer corresponde a este periodo artístico en el que su paleta se oscurece para representar la cara humilde y subyugada de la llamada “España negra”. El Ayuntamiento de Irun en Guipúzcoa conserva la obra Mujeres de Sepúlveda, en la que también aparece la mujer que aquí se retrata.