El fervor y misticismo que alongaron sus figuras hacia un plano superior fueron constantes en la obra del Greco. Habiendo abrevado tanto en la tradición bizantina como en las Escuelas veneciana y sienesa, el artista recibió en Toledo, además, el fuerte impacto devocional que la iconografía de la Contrarreforma había generado en la Península Ibérica.
El estilo que definió su obra y el empleo de un cromatismo alla maniera de los venecianos –sobre todo del Tintoretto (1519-1594) – pueden apreciarse en Adoración de los Reyes Magos. Pintura contemporánea a su homónima, sita en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, muestra en su realización una sugerente escena con fondo palaciego que da testimonio de la Epifanía; la presencia de los tres reyes de Oriente celebra el nacimiento del Salvador. La figura central de la composición es María, quien sujeta delicadamente al Niño que parece flotar entre sus brazos. El pequeño extiende su mano derecha para recibir los obsequios que le presentan. Uno de los reyes, postrado en reverencia, ha puesto la corona en el suelo para enfatizar la jerarquía divina de Jesús.
La tradición señala que el número de los reyes representa las tres edades del hombre y los tres continentes conocidos hasta el siglo XV. Esta obra, de enorme significado alegórico, da cuenta de la espiritualidad de su autor. Se trata de uno de los escasos ejemplos de la etapa veneciana del maestro.
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