En torno al proyecto de una nación postrevolucionaria, se gestaron múltiples programas educativos que involucraron a varias generaciones de artistas que creyeron, firmemente, en la gestación de una moderna cultura mexicana. Pero para mediados de los años cuarenta, el discurso desgastante de la retórica oficialista habría acabado por traicionar, no sólo muchas de aquellas utopías artísticas, sino también la entrega y el ánimo de los pintores. La muerte del circo, como también se conoce el cuadro de la Colección Blaisten, es la imagen desgarradora de un equino ficticio que, sin embargo, lucha atormentado por conservar la vida de su mortal cuerpo herido; al fondo, son mudo testigo las carpas vacías de un circo que ha sido abandonado en el llano desolado de una estéril planicie. Es indudable que se trata de la metáfora del fin de un ciclo, de una fiesta efímera que, por alegre, como el circo, fácilmente se olvida la crudeza de la realidad. No conocemos pintura alguna de Michel con tema político, pero sabemos de su ostracismo a participar en la versión oficial de la pintura mexicana y que podía, con sus declaraciones, ser un crítico mordaz y preciso. Del mismo modo, su contacto con Europa lo hace partícipe del desasosiego general de la postguerra, obligándolo a crear un "impasse" en el interludio poético de su visión estética. Cfr. Las láminas del volumen editado por la Universidad de Colima. Alfonso Michel." Emoción plástica". México, 1996.