Desde un punto cosmogónico, tenemos a Tláloc, Dios del agua y símbolo del Chalchiuhtlicue, deidad que representa el agua depositada en la superficie terrestre, exaltando así la idea de que el agua es vida, participe en el milagro de la vida. Dentro de la composición, encontramos un Axolotl que representa la belleza como la vulnerabilidad en la que nos encontraríamos al no tener este vital liquido (la extinción de las especies) y en medio de todo esto un niño(a), que representa la humanidad, que si bien, es la que ha generado una contaminación y desperdicio desmedido, es la única que al tomar conciencia podría general el cambio.
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