El muralista José Clemente Orozco produjo también una abundante obra de caballete-por la que es menos conocido- y un sinnúmero de dibujos que, a partir de su muerte, la familia se dedicó a dar a conocer a través de múltiples exposiciones. Por razones no del todo claras, Orozco conservó en vida muchas de sus obras y porque tuvo una marcada animadversión al comercio con el arte, a lo que se aúna que es común que su producción carezca de fechas de realización. Todo ello dificulta un seguimiento de la evolución estética del pintor, cuyos temas y asuntos fueron recurrentes a lo largo de su obra. El óleo de la colección Blaisten muestra un desnudo femenino contrapuesto a una figura vestida de referencia clásica; la polaridad del asunto y la estilística del trazo son gestos característicos del pintor; tiene correspondencia con los dibujos que realizó hacia 1945 en torno al tema de La verdad: una verdad que entendía torcida, deformada, alterada, mutilada y pintarrajeada en su lectura del drama, la ópera y la tragedia; algunos de los cuáles presentó en una de las exposiciones de El Colegio Nacional.
Vid. Raquel Tibol. José Clemente Orozco. Una vida para el arte</<a>i>. México, Secretaría de Educación Pública, 1984.
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