En Alegoría del poeta ebrio describe una escena que exalta el encuentro de un bardo con las musas por medio del sueño del alcohol. Una mujer, un ángel y, posiblemente, Dante y Petrarca aparecen en la superficie mediante amplios trazos curvos, delineados con claridad y separados del fondo.
Un frasco y un vaso tirado aparecen sobre la mesa que marca una recta dondedescansa la cabeza del poeta y aparece la mano de un ángel que cuida su sueño. El color juega un papel fundamental en la composición. El rojo establece en su límite una diagonal que cruza de la parte superior izquierda hacia la inferior derecha, mientras el tono blanco de un paño colocado en la parte inferior equilibra la composición con los blancos del fondo. En la obra predominan las líneas curvas que van dando ritmo a todos los elementos. Los personajes se enlazan mediante ondulaciones formando zonas cromáticas en este cuadro de gran formato que por sus características evoca la pintura italiana del siglo XVII.
La obra fue realizada en 1996 y forma parte de la colección del Museo de las Artes desde el año 2002.
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