Frontal de altar de Sant Sadurní de Rotgers

A finales del siglo XII se introduce en Cataluña una nueva corriente estilística de origen bizantino –a la "maniera greca"– que se prolongará a lo largo de la primera mitad del siglo XIII. Esta nueva corriente formal caracterizada por la suavidad del modelado de los rostros y de los volúmenes de las figuras, tiene en el frontal de Sant Sadurní de Rotgers uno de los ejemplares más paradigmáticos de toda Cataluña junto con el frontal de altar de Avià, con el que tiene muchos paralelismos estilísticos, y el frontal de altar de Baltarga, ambos conservados en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. Este nuevo arte se introdujo en nuestro país gracias a los lazos comerciales y culturales del Principado con el Imperio bizantino, llegados a Cataluña a través de Sicilia y Venecia principalmente. En el centro del frontal está la figura del Cristo pantocrátor rodeado de los símbolos del Tetramorfos, de los que solamente se conservan el ángel de san Mateo y el águila de san Juan. Los compartimentos laterales están dedicados a la representación de escenas de la vida de san Saturnino, obispo y mártir de la ciudad de Tolosa de Languedoc. El culto a san Saturnino, fundador de la iglesia de Tolosa, se difundió muy especialmente en esta época a través de los caminos de peregrinación y del libro de la "Leyenda áurea". Las escenas representadas son: el santo se niega a adorar al ídolo en forma de pequeño toro; el santo atado a un toro es arrastrado escaleras abajo del Capitolio de la ciudad de Tolosa y el santo bendice a un grupo de personas que aparecen sobre las aguas, salvadas milagrosamente de morir ahogadas.