La película se situaba en la ampliadora, la cual proporcionaba luz al papel fotosensible. Después se sumergía en bandejas de peltre con distintos químicos.
La primera bandeja contenía el líquido de revelado, después se colocaban en el baño de paro; posteriormente se meten en el fijador y por último se lavan con agua para terminar. Realizado este proceso, las imágenes se cuelgan en cordones para dejar secar.