Figura de época ibérica que representa a una mujer. No se conoce con exactitud su uso, pudiendo ser doméstico o relacionado con el culto y las ofrendas. Se conserva de ella la cabeza, el cuello y la parte superior del tronco. La superficie se encuentra decorada con líneas de pintura color rojo vinoso. Su rostro es de tendencia triangular, con una gran nariz, fragmentada en su parte más saliente, que arranca inmediatamente después de la estrecha frente. La boca ha sido realizada con un pequeño rehundimiento, sin que se hayan marcado los labios. La barbilla es muy pronunciada y de forma triangular. Los ojos están formados por dos amplias concavidades en las que se han colocado dos apliques circulares de arcilla, siendo el derecho un poco más grande que el izquierdo. La parte superior de la cabeza tiene otros elementos como el tocado compuesto por una diadema representada con finas incisiones (aunque también cabe la posibilidad de que se trate de una línea de pelo que sobresale bajo la cofia) y una cofia aplanada, saliente en su parte posterior y decorada con una retícula pintada. Al encontrarse incompleta no se puede saber con exactitud su acabado en la parte trasera. Se ha representado con pintura una gargantilla formada por una línea horizontal de la que parten otras verticales más cortas a modo de colgantes. El vestido está diseñado a base de trazos pintados de color rojo vinoso. Los brazos no se conservan, ya que fueron realizados mediante apliques de arcilla que se desprendieron antiguamente, pero aun así, gracias a las huellas que han dejado sobre el tronco se puede deducir que los brazos de esta figurita se recogían sobre el pecho en una forma que puede sugerir una actitud orante u oferente.