Este lienzo fue pintado hacia 1600 por Pedro de Raxis para la escalera del convento de Santa Cruz la Real de Granada. Llegó al Museo tras la desamortización de Mendizábal.Representa la milagrosa Aparición de la Virgen con el Niño al fraile dominico San Jacinto. Para agradecerle su devoción y defensa, se dirige a él con estas palabras, contenidas en una filacteria, más propia de la Edad Media que de este momento:“Alégrate jacinto que tus oraciones son gratas a mi hijo, y todo lo que pidas a traves de mi te sera concedido”Para reforzar estas palabras, el Niño en brazos de su madre, bendice al santo y sostiene en su mano una flor de jacinto.Pedro de Raxis pertenece a una importante saga de artistas italianos afincados en España, que terminaron por castellanizar su apellido en Rojas. Destacó como policromador de tallas y retablos, de hecho es el gran maestro de la técnica conocida como estofa. Colaboró con multitud de artistas entre los que destaca su sobrino Pablo de Rojas, al que policromó la mayoría de sus esculturas. Como pintor de caballete no sobresalió en exceso. Formado en talleres renacentistas, práctica una pintura de corte manierista, alcanzando la cumbre de su trayectoria con esta obra en la que logra utilizar algunos avances en el manejo de la luz y el color propios de la pintura naturalista protobarroca.Podemos comparar esta manera de manejar la luz con el de las obras renacentistas anteriores, donde no existen contrastes lumínicos entre las distintas partes de los cuadros, la luz es plana, uniforme y, por tanto, la intensidad del color es la misma en todos los planos. En cambio en esta obra existen varios puntos de luz que crean inflexiones lumínicas y contrastes de intensidad en el color entre los distintos planos de la pintura, aportando a la representación un mayor realismo que el que tienen las obras renacentistas.