En opinión de Ballester, el rápido desarrollo tecnológico de la fotografía hecho posible que, tanto el artista como el espectador, puedan observar el mundo del arte más de cerca. A través de la fotografía, Ballester busca encapsular el tiempo, detenerlo, darle un descanso del paso de la vida mediante la inmersión del espectador en no-espacios arquitectónicos. Ballester se interesa por los espacios vacíos, por retratar a la gente a través de sus rastros y sus reflejos. Su obra investiga la soledad del individuo y las contradicciones del mundo moderno a través de la arquitectura, transformando espacios en escenas artificiales. La luz juega un papel destacado, ya que lo oculto y lo visible, lo público y lo privado, actúan como aspectos que revelan la condición humana. Sus imágenes de gran formato abren un gran abanico de posibilidades interpretativas; para Ballester, la obra invita al espectador a participar en la metamorfosis de la realidad.
En torno al Guernica es una reproducción fotográfica impresa sobre lino del mismo tamaño que el lienzo original de Picasso, tratada digitalmente para vaciar de personajes el espacio que integra la acción. Así, el interior arquitectónico, con sus juegos de luces y sombras, queda como testigo mudo del bombardeo de Gernika en 1937. Ballester traslada la secuencia temporal elegida por Picasso a un momento posterior, en el que han desaparecido todos sus protagonistas pero, en palabras del artista, “permanecen presentes las señales de lo deshumano y las llamas del incendio que sigue activo, como la flor que brota de la espada”.