Todo indica que el baúl encorado que se comenta es una obra peruana. En ese virreinato se hicieron muebles forrados de cuero de gran relevancia, que están a la espera de ser estudiados. Este baúl fue realizado en el siglo XVIII. La decoración incluye tachuelas doradas y escenas con pasajes de la mitología clásica. Los hierros son de buena calidad. En lo tocante a la tipología, el mueble sigue en forma ortodoxa la de los baúles de tapa rebajada españoles. Lo más interesante de este mueble es la pintura al óleo sobre cuero que despliega. Se trata de una obra eminentemente civil, para el goce privado, tal vez para disponerse en la recámara de algún personaje varón de notable importancia social.
Cabe advertir que, en algún momento, la escena de la parte superior de la tapa fue intencionalmente censurada, pues debió contener un pasaje de la mitología clásica con desnudos. En el frente del baúl se localizan dos escenas más, una de ellas, la de la izquierda, muestra, posiblemente, el rapto de Helena por Paris, la cual deja al descubierto un seno durante el forcejeo. Por fortuna, esta imagen no fue censurada por la pudibunda mente que acabó para siempre con la escena superior. Del lado contrario hay otra escena de la mitología, con Diana o Atalanta, Meleagro y el jabalí de Caledonia. Estas representaciones debieron tomarse de xilografías de las Metamorfosis del poeta Publio Ovidio Nasón. El mueble tiene interés por las escenas mitológicas y por la bárbara censura que se ejerció sobre una de ellas. Complementan la decoración ondulantes guías de flores, en rojos, rosas y azules, dispuestas en franjas que recorren las partes perimetrales.
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