Con un estilo inspirado en el biomorfismo instigado por Dalí, Picasso y Miró, Kandinsky libera las pequeñas formas lánguidas en cursiva de su camisa de fuerza geométrica que las aprisionaba en sus más tempranas composiciones de la época de la Bauhaus. Las transforma en un ballet juguetón de motivos, entre animales y seres imaginarios, en lenta caída libre. Bleu de Ciel (Cielo azul) es la representación de la fantasía y la poesía.
Kandinsky se ha reinventado: la naturaleza y la vida ahora están en primer plano. Este deseo de actividad también se percibe por su nueva forma de tratar las superficies. Al igual que Picasso, Braque y Masson, mezcla pigmentos de color con arena para acentuar los contrastes entre texturas.