Por su cruz jura

"Por su cruz jura" exhibe con claridad varias de las preocupaciones de Xul del período: la construcción del cuerpo humano y su presentación desnuda, carente de pudor; la elección de un simbolismo complejo, que se incrementa debido a la presencia de la víbora, una marca personal del artista; la ambigüedad espacial (interior/exterior, sagrado/profano); y la estrecha relación entre pintura y escritura, esta última no como un simple agregado, sino como elemento constitutivo de la obra. El aparente caos es el resultado de la libertad del artista para ubicarse fuera del orden establecido y esperado, y de ese modo afirmar su propuesta de un arte nuevo. En la obra, el cuerpo del personaje –tal vez un ángel– aparece completamente desarticulado. Su cuello y cabeza están desprendidos del torso, sus brazos y piernas se salen del eje central, señalando direcciones opuestas y encontradas. La cruz, una marca religiosa habitual en la obra de Xul, griega en este caso, tiene un rol fundamental en la composición, tanto por el negro profundo con el que está pintada como por su simbología: si bien el personaje parece poder incluso alcanzar el sol y tocarlo, frente a la cruz se rinde con devoción.