Johann Moritz Rugendas era hijo de Johann Lorenz Rugendas y de Regina Lachler. El joven creció permeado por la influencia artística de su padre, quien era director de la Academia de Artes de Múnich, donde más adelante se formará bajo la directriz de Albrecht Adam (1786-1862) y Lorenzo Quaglio (1793-1869). Para la investigadora Mónica López Velarde, Alexander von Humboldt motivó a los artistas viajeros a encontrar en los paisajes de nuestro país fuentes de inspiración para crear su obra.
Rugendas hizo un largo recorrido americano –primero contratado por el barón Grigori Langsdorff y luego por su cuenta– que incluyó Brasil (1822-1825), Haití (1830), México (1831-1834), Chile (1834-1842) y Perú (1842-1845).
De su estancia en nuestro país data este óleo costumbrista cuyo sitio ha sido identificado por la doctora María Eugenia Militello como la Porta Felice de Palermo, Sicilia, erigida por el virrey Marco Antonio Colonna para su esposa Felice Orsina. Pablo Diener, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especialista en Rugendas, consideró sin embargo que la escena refiere claramente a una plaza mexicana. En una suerte de hemiciclo flanqueado por la torre de tres niveles, se despliega un grupo de personas de distintos estratos sociales que presencian la entrada briosa de cinco aguilillas o caballos de paso veloz. Uno de ellos ha provocado incluso la caída del jinete, y el más salvaje se alza en dos patas al tiempo que su caballerango intenta someterlo con desesperación. Banderolas de vivos colores y una palmera refieren los usos y costumbres de la Sicilia decimonónica. Caballos salvajes que levantan las patas al inicio de la carrera perteneció a una colección particular en Alemania y llegó a Museo Soumaya procedente de Sotheby’s, Nueva York, en 2011.
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