Aparecen en este cuadro dos carros: el primero conduce tres tarjetas con orlas y molduras doradas sostenidas por genios ricamente vestidos, y el segundo lleva los retratos de los reyes, que han sido bajados del carro y de los que D. José Antonio de Losada va a hacer entrega en el Ayuntamiento, en nombre de los obreros de la fábrica de Tabacos, para que sean colocados en la Sala Capitular.
Estos dos carros salieron al día siguiente de que lo hiciera el cortejo del carro la Máscara, el 29 de junio de 1747, cuando los dependientes de las Reales Fábricas de Tabacos de Sevilla dispusieron un victor de gala en honor de la ciudad.
En la escena, cuatro soldados a caballo abren el paso, espada en mano, seguidos por timbaleros y clarineros. Forman después la cuadrilla de las naciones alsacianas que precedieron el carro del Fuego. A esa cuadrilla le sigue la de africanos, que adornó el Carro del Aire. Seguida, la de americanos que sirvieron al Triunfo del Agua, y finalmente la de los europeos que acompañaron el Carro de la Tierra.
Tras ellos el carro en el que va colocada la Tarjeta de Victor, para lo que se eligió el Carro del Agua. Detrás sigue un gran acompañamiento formado por dependientes de la Fábrica de Tabacos, con nobles galas y sombreros emplumados, presididos por el jefe principal de la Fábrica, Don José Antonio de Losada. Les sigue el cuerpo de Guardias de Corps con obuses y trompas de caza, que llevan el Carro Principal de la Máscara, en el que van los retratos de los monarcas.
Un gran interés presenta el fondo arquitectónico de este cuadro, que es la fachada principal del Ayuntamiento en su estado primigenio.
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