Casa Gerardo se levanta al borde de la carretera que une Avilés y Gijón. Hoy es una vía secundaria debido a la creación de la autopista, pero en 1882, cuando Demetrio Fernández Luanco abrió aquí una casa de postas, se trataba de un camino habitual y concurrido. Esta casona de piedra, que durante 136 años ha funcionado sucesivamente como casa de comidas, llagar de sidra, salón de baile, cine y hasta badulaque del pueblo, es actualmente un reconocido y galardonado restaurante, que lleva el adjetivo "familiar" cosido a su ADN.