El lienzo está dividido horizontalmente en dos registros, subdivididos cada uno de ellos en cuatro recuadros, con ocho escenas cuyo tema es el mestizaje. En el recuadro que figura a la izquierda del espectador, en la parte superior del lienzo, se muestran, en un lado, una mujer con un niño y, en el otro lado, un hombre. La mujer lleva una bandeja llena de tamales y el hombre va cargado con una cesta que contiene varias telas, entre otras cosas. En la mano derecha sostiene una bandeja con un muestrario de botones, en referencia clara a su oficio. En la escena de al lado hay un hombre y una mujer ataviados con elegantes ropajes. El mulato, que viste con casaca y una amplia capa, podría ser el cochero de una casa señorial. La representación de la mujer está directamente relacionada con las imágenes de las santas ataviadas con elegantes vestiduras. En ella destaca también el círculo negro en la sien, que también llevan las españolas y la mestiza que figuran en las otras escenas de mestizaje de este mismo lienzo. Se trata de un adorno que estaba de moda en México y que se conocía con el nombre de chiqueador. Consistía, por lo general, en un pedazo de terciopelo negro que se adhería al rostro de la mujer a modo de lunar, que era un signo de belleza. Al lado de la escena anterior figura otra con similares características. El hombre viste una amplia capa de terciopelo azul, una casaca larga y medias de encaje, y va destocado con el sombrero de tres picos bajo el brazo. Se puede ver a un lado la empuñadura de una espada y que sujeta un bastón en la mano derecha. Junto a él está su hijo, vestido del mismo modo y apoyado cariñosamente sobre el regazo de su madre. La parte superior acaba con una tierna escena entre padres e hijo. Los tres aparecen sentados en el campo, junto a una cesta llena de tortillas y una jarra. En la parte inferior, en el recuadro a la izquierda del espectador, hay una familia de indios con vestimentas tradicionales. La mujer y la pequeña llevan huipiles, y el hombre se representa con una capa, un sombrero y su pelo largo pegado a la cara. Al lado figura un español vestido a la europea junto a una india ataviada con el huipil y, entre ambos, una pequeña mestiza con falda ajustada a la cintura, delantal blanco y el tradicional rebozo. En la escena que le sigue figura un español con amplia capa, sombrero y pañuelo sobre la cabeza. Al lado, están un pequeño castizo y una mestiza, ataviada esta con la singular falda de embrocar bajo la que asoma las mangas de la blusa. En la última escena aparecen los personajes habituales: un hombre, un niño y una mujer, todos vestidos de forma refinada. El hombre castizo lleva un pañuelo mexicano atado al cuello, mientras que la española, abanico en mano, viste un suntuoso traje a la moda europea con un manto negro. El pequeño español lleva una casaca, una peluca empolvada y un sombrero de tres picos. Cada una de las escenas se identifica con inscripciones que hacen referencia a su grado de mestizaje a partir de los troncos étnicos indígena, europeo y africano. Se trata de la característica de un género pictórico desarrollado en el virreinato de la Nueva España a lo largo del siglo XVIII y conocido como "pintura de castas". Se organiza en series compuestas, normalmente, por 16 cuadros en los que se ordenan las uniones más comunes. Luis Berrueco, el autor que firma esta serie, viene de una dinastía de pintores de Puebla y contó con un número importante de seguidores. A él se debe la primera serie de "pintura de castas" encargada en Puebla, la segunda ciudad más importante del virreinato de la Nueva España.
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