Los estudios sobre cerámicas griegas incluyen un recipiente para beber, una copa ancha y plana con dos asas horizontales, que se conoce como “copa tipo Cástulo”, porque aquí se han encontrado numerosos ejemplares.
Se fabricaron en la región de Atenas en la segunda mitad del siglo V a.C., y tienen una forma y barniz negro característicos.
En griego, llamaban “kylix” a esta copa, raíz de la que proviene nuestra palabra “cáliz”. Una cerámica ligera al tacto, que permitiría oler el vino mientras se bebía, y que aparece sobre todo en las tumbas.
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