Emilio Pettoruti estudió en la Escuela de Bellas Artes de La Plata y se ejercitó como dibujante en sus visitas al Museo de Historia Natural de esa ciudad. En 1913 viajó a Italia y recorrió sus ciudades formándose en diversas técnicas artísticas, fundamentalmente la pintura y el mosaico. En Florencia, donde se discutían con pasión las implicancias de la vida moderna de las grandes ciudades en el arte y la cultura, participó activamente del futurismo e incorporó sus ideas sobre la dinámica y el movimiento. Pettoruti trabajó entonces en una serie de dibujos en carbonilla o lápiz. Para realizar estas piezas se concentró en las tensiones de las formas y dejó de lado la experimentación con el color propia de la pintura al óleo que, simultáneamente, él mismo utilizaba en otras obras. Se trata de carbonillas de planos traslúcidos en los que distintas líneas y formas espiraladas se ordenan en torno a un centro que las atrae. "Forze centripete" constituye un episodio distintivo en su carrera y en la historia del arte argentino y latinoamericano, ya que se trata de una pieza que indica muy tempranamente una clara apertura hacia la abstracción.