La Capilla de Sancti Spiritus, o del Espíritu Santo, construida en el siglo XIII sobre la antigua capilla de Santa María de la Corticela, ha sido testigo de un gran número de reformas en el edificio catedralicio a lo largo de centurias y supone un perfecto compendio de los estilos arquitectónicos que se sucedieron en el templo desde el románico hasta el barroco.
Vinculada a la familia Moscoso, cuyas armas presiden la portada, está marcada por el carácter funerario, ya que acoge los restos de Pedro Vidal –su fundador– y de otros personajes destacados que descansan en siete sepulcros. En el lado del Evangelio, en el arcosolio que acoge el sepulcro de Alonso Sánchez de Moscoso, se dispone una pintura mural con el tema de la Quinta Angustia, atribuido a Sixto de Frisia.
El retablo, dedicado a la Virgen de la Soledad, fue colocado en 1945 tras la retirada del coro de madera de la nave central de la catedral.
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