El coro de la Colegiata destaca por su grandiosidad, una valiosa sillería tallada en madera de nogal por el escultor Antonio Arteaga Cano, que en los actos litúrgicos de gran solemnidad, acogió, en otros tiempos, a un cabildo compuesto por 48 canónigos, el segundo más grande de Castilla tras la Primada de Toledo.