Este lechón de cinco kilos se convierte en un verdadero manjar con la sola ayuda de un horno de leña y un poco de agua. La receta más popular proviene de la ciudad de Segovia, donde el plato se eleva a la categoría de culto. Un buen cochinillo asado tiene que estar jugoso y muy tierno, con la piel crujiente. En Segovia se ha convertido en uno de sus principales reclamos turísticos y en las casas es frecuente disfrutarlo en celebraciones familiares y festividades.