Ferrer Bassa fue el pintor que introdujo en la escuela de Barcelona el estilo moderno italogótico creado por Giotto y caracterizado por la suavidad de las formas y la elegancia y la serenidad de las composiciones artísticas. Tras su regreso de Italia hacia el año 1333, donde conoció directamente el arte del maestro Giotto y de los pintores toscanos y sieneses contemporáneos, desde su taller establecido en Barcelona realizó muchos encargos para la corona catalana, la aristocracia y la Iglesia. La obra más importante que se ha conservado es el conjunto mural de la capilla de San Miguel del claustro del monasterio de Pedralbes de Barcelona, con el que se han relacionado estilísticamente estos compartimentos de retablo conservados en el Museo. En el compartimento superior se puede ver la figura de san Bernardo arrodillado intercediendo por el salvamento de un barco que se halla en peligro. La escena inferior representa un exorcismo; el santo con la actitud de bendecir hace salir el demonio del cuerpo de una mujer arrodillada.