CE/BA00039. En esta obra, pintada en Santander, se advierte el mejor estilo del pintor. Fechada en 1907 y dedicada a su amigo, el Cronista Cazabán, denota unos peculiares rasgos impresionistas, con un tratamiento especial de la luz y una magnifica pincelada. La escena muestra una barca en la que se hallan dos monjas, atentas a sus rezos y lecturas, y una joven pareja enfrente. Un marinero renegrido y rugoso, con la camisa remangada y que luce una recia musculatura, gobierna la embarcación.