El Monasterio de Santa María de Oia, se encuentra en el municipio de Oia, en la provincia de Pontevedra (Galicia), en el Camino Portugués de la Costa a Santiago de Compostela. Comenzó a construirse a mediados del siglo XII, durante el mandato del rey gallego Alfonso VII. En el interior de sus muros se reunieron monjes que previamente habitaban distintos puntos de la comarca. En 1185 pasó a formar parte de la Orden del Císter. Cuenta con elementos románicos, góticos y barrocos, fruto de las reformas y modificaciones que sufrió hasta finales del siglo XVIII. La iglesia presenta tres naves dispuestas en planta de cruz latina. El coro es del siglo XVII y la fachada de estilo barroco de fines del XVIII.
Gracias a su estratégico emplazamiento (está situado justo a la orilla del mar), Santa María de Oia jugó un importante papel en la defensa de la costa. En 1624 los monjes lograron desbaratar un ataque de la flota turca, lo que llevó al Felipe IV a conceder al monasterio el título de "Real". Tras la Desamortización de 1835 pasó a ser de propiedad privada, aunque la iglesia funciona como templo parroquial.