Manuel Ángeles Ortiz inició las series sobre el Paseo de los Cipreses y sobre el Albaicín en 1958, un año después de su regreso a Granada tras una larga ausencia de 32 años. Desde entonces sus estancias en la ciudad fueron más frecuentes y prolongadas, hasta su fallecimiento en París en 1984. Además de estas series realizó otras tres que inició en los años 60 y 70 como la dedicada al Homenaje a El Greco, la de las Cabezas múltiples y la de los Perfiles. Es pues su etapa más fecunda.La serie Paseo de los Cipreses está inspirada en el paseo del mismo nombre que se encuentra en el recinto de la Alhambra. Este enclave ofrecía al pintor la posibilidad de avanzar en el proceso de simplificación formal en el que venía trabajando desde tiempo atrás.A partir de ahora no sólo se agudiza esta tendencia en su pintura sino que hay que añadir una vocación por economizar medios, se trata en suma de contar mucho con la menor cantidad de recursos pictóricos posibles.Para esta serie el pintor descartó los soportes de dimensiones standard sustituyéndolos por formatos alargados que potenciaban la verticalidad de los elementos representados.Tras realizar diversos tanteos sobre diferentes soportes, como la madera o el papel, y con distintas técnicas (guoache, aguada, dibujo, grabado), Manuel Ángeles realizó esta composición cinco años después de la primera dedicada a los cipreses del Generalife. Reduce el enclave a cuatro triángulos que confluyen en un punto de fuga bajo: el gris de la parte inferior corresponde al camino, los de color verde de la izquierda y la derecha a los cipreses que dan nombre al paseo, entre los que un cuarto triángulo de color rojo nos recuerda la luz del atardecer sobre la que emerge un trozo de cielo azul.
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