Los bailes, ceremonias y ocasiones especiales continuaban siendo una habitual muestra de poder y de estatus social.
La sobrefalda está confeccionada en terciopelo drapeada exageradamente, con tipología adecuada
para ser empleada como prenda de baile o para acudir a la ópera o al teatro.
Se utiliza un cojinete colocado justo bajo la cintura en la parte posterior, como evolución al
polizón.